martes, 8 de diciembre de 2009

Fin de ciclo

Cuando “todo” Canthropus había llegado, “todo” lo pongo así porque faltó gente más que importante y querida, nos dirigimos a una cabaña a ensayar el repertorio.
Mi camino hasta la cabaña por el sendero de piedra fue bastante tortuoso, me tiraron una hoja de palmera toda mojada en la cara y en la última piedra casi compro territorio!

Luego de examinar muy bien el aparato amarillo que hubiera tentado a algún depravado, empezamos a vocalizar y hacer ejercicios.
Tras un cambio de locación intentamos pasar el repertorio bajito entre la mesada y la pileta de la cabaña.
Pasaron los 6 temas y llegó la arenga que se hace clásica en las actuaciones. Saludos, deseos de suerte y abrazos, algunos más sentidos y disfrutados que otros :P

Ya de vuelta en el lugar donde íbamos a cantar comenzamos a sentarnos en las sillas que sobraban de los otros coros.
Un poco inquieto tuve que pararme e irme para el fondo. No había mucho espacio en el fondo y si mirabas de frente alguien diría “el barbudo se está punteando al gordito”.
A los “gritos callados” empecé a pedirle agua a Brunito que estaba en la otra punta al lado del sifón.
Luego de pasar por 3434 manos, llegó el ansiado vaso que le pude dar 2 sorbitos por ser buen compañero y compartir… me seguía cagando de sed!!!

Luego de los primeros coros y el panorama rural, nos tocó….

Ay mamita… que feo que se escuchaba, por dios!
Al primer “chi la….” ya se notaba que no iba a salir como todos esperábamos, el sonido salía de las bocas y parecía que se caía al piso como una piedra… no rebotaba en ningún lado!!
Antes que nada quería pedir disculpas a toda la comunidad de Mosquitos del Uruguay por la muerte de un compatriota durante el último “Tran tan tan” de “Chi la gagliarda”. En mi defensa quiero decir que me él me provocó y reaccioné, era él o yo, y fui yo. No puedo negar mi culpabilidad puesto que se ve en el video, hay evidencia del cruel asesinato.
Lo máximo que puedo hacer… un minuto de silencio…………………………………………………58 59 60

Las canciones pasaron, los sonidos no quedaron… un poco floja la actuación.
Acá es donde se dan las cosas como no esperábamos, yo por lo menos fui consciente de que no había salido nada bien… pero no me quemó. Nadie quedó de mal humor, todos estábamos con la mejor onda aunque fuéramos conscientes de la “tragedia” ocurrida.

Podría darle doble sentido a muchas cosas, acá estoy escribiendo y en un “personaje” pero solo quiero decir que… para mí fue día increíble, me sentí bien en la situación que más pensé iba a costar. Cuando pensé que lo primero que iba a hacer era irme, me quedé y no quería irme, por muchas razones. La obvia e indiscutible y la que no es tan obvia, que son ustedes, todos, mis amigos.
Gracias a todos por bancarse mi ausencia y recibirme así.
Los quiero, a todos.


Canthrupense, por siempre

Tuli


domingo, 6 de diciembre de 2009

Vienen y van…







Hablo de los autos… de que otra cosa más podría estar hablando?:p

Sabado 5 de diciembre, día gris, cerrado, FEO.



Allá otra vez iba, un personaje de los encuentros corales fuera de la urbe, rojito.
Totalmente renovado de corazón y look quiso demostrarle a los canthrupenses que esta vez sí los iba a llevar a destino, sin demoras y sin sobresaltos… bue sobresaltos hubo porque Fede eligió ir por la calle con más baches de Montevideo!

Dentro del auto iban 4 personas las cuales estaban bajo los efectos del gas que largaba el aceite, para mirar a mi co-conductor tenía que cortar la niebla. Los pasajeros traseros iban totalmente motivados, o mejor dicho, totalmente drogados con el humo. Es que el precio de ser rápido y furioso a veces es alto, cuanto más aceleraba rojito más humo tiraba para adentro! En un momento parecía que estábamos en una discoteca, luz tenue, música fuerte, humo, luz azul solo faltaba el flash y espacio para hacer el “gusanito”.

Cuando doblamos en la parada 9 de camino Maldonado entramos a un camino que ya me ponía las suspensiones de punta. Fede decía saber donde era…. e hizo honor al lema “sino sabes mandá fruta” y decía “si si, seguí es por acá”

El primer cartel de madera que encontramos, frenamos. Decía algo de “ecologistas”… what?? “ecologistas?” ahí caímos en la cuenta de que nadie abrió el mapita que nos habían mandado.
Atrás llega un auto y nos empieza a saludar –¿Y estos quienes son, por que saludan? Y se meten para la comunidad ecológica…
-Bue, será acá. Y nos metimos por un lindo caminito de piedras, tierra, barro y pastito en el medio que hacía cosquillas en las partes intimas de rojito.
-Y estos por qué están volviendo?? .- te dije que no era acá pelotudo!
El mismo auto que nos había saludado venía de frente hacia nosotros en un camino de solo 1 carril… No se si fue la cara de malo de rojito o que pero el auto empezó a ir marcha atrás hasta el fin del camino… llegamos, -Boludo es Elisa por eso saludaba.-
Estábamos desconcertados, no había seres vivos en toda la “comunidad ecológica”. De repente… -miraaaaaaa….. una vaca!. .-se nos viene arriba la vaca!. Un semejante rumiante se nos venía corriendo hacia el auto arrastrando a un pobre tipo que no lo podía frenar “soooooooooooooooooo, sooooooooooo” gritaba mientras derrapaba en pasto el flaco. Primeros 2 seres vivos a la vista y uno era una vaca! Bárbaro!

A los 2 min, llega otro auto… la tropa de la Cho. Todavía seguíamos sin idea de si era ahí o no, no aparecía nada ni nadie que pareciera cantar en un coro.
.-Vamos para la entrada- dice uno. Brummm los 3 autos para la entrada… de repente.. aparece alguien que parecía saber que hacíamos ahí porque hasta ahora éramos unos intrusos en un campo gigante. “es para allá” nos dicen. Otra vez, vuelta pa tras en reversa… “vienen y van”.

Bajo lluvia, después de entrar y salir 14 veces del auto, decidí arropar a rojito para que no se resfríe con la lluvia y que no le entrara agua por sus cicatrices… todos los demás autos, entraron por el campo. Rojito quedo en el camino de tierra con cara de “no les quiero fallar, me quedo acá porque se que es hasta donde puedo llegar”… sabia decisión.
Mojados, ahumados y con las patas verdes del pasto… llegamos al lugar del encuentro coral.


Este día iba a ser distinto de lo que imaginaba/mos…