domingo, 17 de mayo de 2009

De vuelta a las raíces


Corría el año 1995, cuarto de escuela para mí. Estaba en el salón, con algún cuaderno de forro rojo (matemática), azul (idioma español), verde (ciencias), marròn (geografía), amarillo (historia)… no se bien cual era.. pero era un cuaderno, no cuadernola porque la cuadernola era de grande, de liceal, creo que una de las emociones màs grandes que sentís al entrar al liceo es usar cuadernola.. o no?

Bueno sigo… con el cuaderno y seguramente prestando atenciòn a Rosario, la maestra, entra un “grande de sexto” a decirnos “Susana llama para hacer la prueba de coro”.
Bajo toda la clase, algunos ya ensayando el peor “lalala” del mundo porque no querían entrar y otros como yo… un poco nerviosos. Yo querìa cantar en el coro, pero no tenía idea de si podía, lo máximo que había hecho artísticamente era cantar delante de la radio de mi abuela las canciones de Perales.. patético pero cierto!!


Por suerte era uno de los últimos de la fila y todas las nenas ya habían pasado… menos presión!
Me llegó el turno…. “la la la la la la la”, pegué unas cuantas! Susana agarró su enorme libreta rosada, como la de todas las maestras, “tu nombre y tu clase?” - “Jo José Ignacioo Tulic, 4to F”
Mi primer coro, mi primera directora… mi primer “lugar para crecer” como corista.. Escuela y Liceo Elbio Fernández.


Así empezó todo, hace màs de 14 años, cuando era un gordito que le encantaba cantar. Rubén y Susana al frente de uno de los momentos màs lindos de mi vida escolar, formar el coro.
Llegó 6to de escuela y no solo me despedía de la escuela sino del coro, por la maldita anatomía humana que te hace cambiar la voz. Ya no integraba el coro del ELEF. Ya no bajaba al salòn ese que estaba debajo de la sala de profesores de Maldonado, ya no me sentaba en las tarimas del salòn debajo de la cantina.


Año 2000, ya cuadernola en la mochila, camisa desprendida del cuello, corbata de nudo y no de elástico, exactamente misma situación…. Profesor delante… tal vez le estaba prestando menos atención… je… entran un par de 6to… “Prueba de coro, tienen que bajar todos”. Misma situación, bajamos todos, ya las filas no existían pero si el que intentaba hacer lo peor posible el “la la la”. Año 2000, volví al coro del ELEF. Creo que fue una de las cosas que màs disfrute de mi época liceal, estar en coro. No solo porque a veces te sacaban de clase, sino porque interactuabas con gente de todos los años y eso estaba bueno.


Creo que gracias a esta actividad del liceo es que siento el ELEF como mi casa, sino hubiese sido por coro, por Rubèn, por Susana, por toda la gente que conocì no sentiría el “cariño y respeto” por el Elbio.


Por eso estoy màs que contento de que nos den un espacio, es como volver a tu casa, es volver al lugar donde conocí a alguna de las personas màs importantes de mi vida y todo gracias a pertenecer a una misma “casa”.


Acá nacciò el "tuli/tuliqui/tuluki" y todas las deformaciones que se le imaginaron a mis amigos


El 2003, debe haber sido el año más difícil de todos, me despedia de mi lugar, de mis amigos.. de… bueno… de alguien también muy especial.
Y no pude, por 2 años màs seguí representando a mi liceo, seguí juntándome con mis amigos, y por màs que estuviera afuera, me sentía adentro, seguía sintiéndome en mi casa.


Creo que muchos de lo que estamos acá tenemos el “orgullo”, no se si decirle así, de ser los únicos que grabamos el himno del liceo.


Muchas cosas se podrán decir, muchas cosas habrán cambiado, sinceramente veía difícil el hecho de que nos concedieran el lugar pero estoy muy contento de que todo haya salido bien.
Después de casi una vida ahí adentro, vuelvo a un lugar especial…


No me queda más que decirles “Amigos… bienvenidos a mi casa” en realidad, bienvenidos a Nuestra casa, porque se que muchos pensamos lo mismo.





José Ignacio Tulic, 4toF