Ayer, viernes 29 de noviembre del 2008, con una temperatura por encima de los 30 grados, el Coro Canthropus tuvo su primera actuación del año.
Luego de todo un año de ensayo, luego de la incorporación de varios integrantes al grupo, llegó el día de presentar “el fruto” de ese laburo.
No hay palabra que quede más adecuada que “fruto”, verdad?
Voy a tratar de narrar lo que sucedió ese día, desde la “caravana” que nos llevó hasta Las Piedras hasta el momento de la partida de vuelta hacia Montevideo.
Eran las 19:15, casi con precisión inglesa, se encendían los motores de los rodados que llevarían a parte del coro y a parte de la “hinchada canthrupense”.
El recorrido empezó un poco tortuoso, a las 5 cuadras de partir, el vehículo rojo tuvo su primera quedada en la esquina de Durazno y Julio Herrera, el vehículo gris, haciendo alarde de su juventud se perdió en el horizonte.
Con mucho esmero y paciencia se puso en marcha nuevamente el rojo, pero esta vez, con decisión de llegar, sin rendirse otra vez ante las malvadas subidas de la ciudad de Montevideo.
Pero por más esfuerzo que hacían máquina y hombre no lograban divisar a sus compañeros de viaje.
De pronto… una llamada desconcertó a todos los viajantes de la máquina roja, era un integrante de la tropa gris diciendo “te veo!”
La máquina gris, se compadeció de su viejo compañero de ruta y volvió para seguirlo de atrás y el encuentro fue frente a la estación de AFE, mientras un plancha intentaba limpiar el vidrio de un auto y pregonaba “dale bo, no sea ortiva, ta todo sucio muñaaa”.
De vuelta en camino, la máquina roja logra esquivar un par de carritos de basura que comprometían el tráfico capitalino, la máquina gris, empezaba a tomar el papel de guía, o mejor dicho, de escolta.
Luego de pasados los accesos a la ciudad de Montevideo, todo iba normal, la velocidad era moderada y de vez en cuando nos dábamos el lujito de pasar un camión que otro… pero nuevamente aparecieron los fantasmas que aterraban a “rojito”…. las subidas.
Sin querer dejar a Canthropus tirado, la máquina roja logró vencer sus miedos y siguió el ritmo a su líder, el cual dejaba de lado toda su potencia y velocidad para no dejarnos atrás.
De pronto un cartel verde causó un alivio inconfesable a los integrantes de la máquina roja que ya estaba sufriendo los embates del calor, el cartel decía “Las Piedras 3km”.
Tomamos la curva de entrada a la ciudad y todo iba normal, sin demoras.
De pronto una rotonda maldita tomó por sorpresa a la caravana y la máquina roja tuvo que esperar la decisión de su líder. Derecha…
Pero ya era demasiado esfuerzo para “rojito”, al empezar a tomar la rotonda, su motor.. dejó de latir..
En frustrados intentos de revivirlo, sus integrantes empezaron a descender, ya que el calor los estaba ahogando.
Rojito quedó varado al costado de la rotonda, sin ganas de seguir.
Cuando todo parecía perdido y rojito mostraba su cara de derrota, nuevamente, como por arte de magia, de atrás aparece, con su juventud, el gris, sí, como Gandalf.
Esta vez el piloto desciende y pide un segundo a solas con el rendido viejo corazón de rojito.
El experimentado piloto de “el gris” se sienta en la butaca de la vieja máquina y da la orden de empujar… Los 4 fieles compañeros de Canthropus, sin importarles el calor, sin importarles que ya se encontraban uniformados y bañados, pusieron su fuerza y corazón para llevar a cabo las órdenes…
Al cabo de varios empujones y corridas, el motor cobró vida, vida que duró poco, ya que esto hubo que repetirlo como 5 veces!! Pero bueno, a empujones y coraje, a las 20:15, hora señalada, las 2 máquinas llegaron a su objetivo, el teatro LA SALA de la ciudad de las Piedras.
Se que esto no es parte de la actuación, pero es parte de lo que es Canthropus, es parte de la amistad que tenemos, de no dejarnos tirados, en ningún ámbito de la vida.
Quería agradecer especialmente a todos los integrantes de esta caravana por su paciencia y fuerza para ayudar a que mi nuevo pero viejo compañero llegara.
GRACIAS!
En la próxima entrada sí… se viene la parte interesante… todo lo que usted quiere saber sobre la actuación de Canthropus y no se animo a preguntar
Luego de todo un año de ensayo, luego de la incorporación de varios integrantes al grupo, llegó el día de presentar “el fruto” de ese laburo.
No hay palabra que quede más adecuada que “fruto”, verdad?
Voy a tratar de narrar lo que sucedió ese día, desde la “caravana” que nos llevó hasta Las Piedras hasta el momento de la partida de vuelta hacia Montevideo.
Eran las 19:15, casi con precisión inglesa, se encendían los motores de los rodados que llevarían a parte del coro y a parte de la “hinchada canthrupense”.
El recorrido empezó un poco tortuoso, a las 5 cuadras de partir, el vehículo rojo tuvo su primera quedada en la esquina de Durazno y Julio Herrera, el vehículo gris, haciendo alarde de su juventud se perdió en el horizonte.
Con mucho esmero y paciencia se puso en marcha nuevamente el rojo, pero esta vez, con decisión de llegar, sin rendirse otra vez ante las malvadas subidas de la ciudad de Montevideo.
Pero por más esfuerzo que hacían máquina y hombre no lograban divisar a sus compañeros de viaje.
De pronto… una llamada desconcertó a todos los viajantes de la máquina roja, era un integrante de la tropa gris diciendo “te veo!”
La máquina gris, se compadeció de su viejo compañero de ruta y volvió para seguirlo de atrás y el encuentro fue frente a la estación de AFE, mientras un plancha intentaba limpiar el vidrio de un auto y pregonaba “dale bo, no sea ortiva, ta todo sucio muñaaa”.
De vuelta en camino, la máquina roja logra esquivar un par de carritos de basura que comprometían el tráfico capitalino, la máquina gris, empezaba a tomar el papel de guía, o mejor dicho, de escolta.
Luego de pasados los accesos a la ciudad de Montevideo, todo iba normal, la velocidad era moderada y de vez en cuando nos dábamos el lujito de pasar un camión que otro… pero nuevamente aparecieron los fantasmas que aterraban a “rojito”…. las subidas.
Sin querer dejar a Canthropus tirado, la máquina roja logró vencer sus miedos y siguió el ritmo a su líder, el cual dejaba de lado toda su potencia y velocidad para no dejarnos atrás.
De pronto un cartel verde causó un alivio inconfesable a los integrantes de la máquina roja que ya estaba sufriendo los embates del calor, el cartel decía “Las Piedras 3km”.
Tomamos la curva de entrada a la ciudad y todo iba normal, sin demoras.
De pronto una rotonda maldita tomó por sorpresa a la caravana y la máquina roja tuvo que esperar la decisión de su líder. Derecha…
Pero ya era demasiado esfuerzo para “rojito”, al empezar a tomar la rotonda, su motor.. dejó de latir..
En frustrados intentos de revivirlo, sus integrantes empezaron a descender, ya que el calor los estaba ahogando.
Rojito quedó varado al costado de la rotonda, sin ganas de seguir.
Cuando todo parecía perdido y rojito mostraba su cara de derrota, nuevamente, como por arte de magia, de atrás aparece, con su juventud, el gris, sí, como Gandalf.
Esta vez el piloto desciende y pide un segundo a solas con el rendido viejo corazón de rojito.
El experimentado piloto de “el gris” se sienta en la butaca de la vieja máquina y da la orden de empujar… Los 4 fieles compañeros de Canthropus, sin importarles el calor, sin importarles que ya se encontraban uniformados y bañados, pusieron su fuerza y corazón para llevar a cabo las órdenes…
Al cabo de varios empujones y corridas, el motor cobró vida, vida que duró poco, ya que esto hubo que repetirlo como 5 veces!! Pero bueno, a empujones y coraje, a las 20:15, hora señalada, las 2 máquinas llegaron a su objetivo, el teatro LA SALA de la ciudad de las Piedras.
Se que esto no es parte de la actuación, pero es parte de lo que es Canthropus, es parte de la amistad que tenemos, de no dejarnos tirados, en ningún ámbito de la vida.
Quería agradecer especialmente a todos los integrantes de esta caravana por su paciencia y fuerza para ayudar a que mi nuevo pero viejo compañero llegara.
GRACIAS!
En la próxima entrada sí… se viene la parte interesante… todo lo que usted quiere saber sobre la actuación de Canthropus y no se animo a preguntar
1 comentario:
Quería aclarar que rojito esta vivito y coleando!
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